jueves, 9 de enero de 2014

Una tragicomedia de enredos para aplicar el ajuste contra el pueblo


En lo que ya se puede denominar una comedia de enredos (actuada por pésimos actores), el gobierno nacional un día dice que no subirá el impuesto a los bienes personales; al otro día dice que sí los subirá, pero un rato más tarde otro funcionario sale a desmentir al primero. Y así con todo, como pasó con los cortes de luz programados,  con las “sanciones” a las compañías eléctricas, etc.
Lo que desnudan estos sinsentidos son los cortocircuitos dentro de un gobierno que sabe que tiene que sacar plata de donde sea (es decir, ajustando al pueblo) pero que no puede hacerlo sin exponerse a la reacción política de una población en la que el hartazgo y la rebelión son reacciones inmediatas y entonces condicionan cualquier medida y agravan las contradicciones en el seno de la clase dominante.
Sin embargo, aunque el ajuste no es el que debería ser no significa que no exista. Ya subieron los transportes, los peajes, las naftas. Y todos los días nos ajustan los bolsillos con la inflación y el alza de los precios de la canasta familiar. Y como lo venimos afirmando en los últimos días, están buscándole la “quinta pata al gato” para disfrazar las discusiones paritarias y cerrar por porcentajes misérrimos que ya están comidos varias veces por la inflación. (http://prtarg.com.ar/2014/01/06/el-smata-de-ricardo-pignanelli-se-suma-a-las-maniobras-para-embarrar-la-cancha-en-la-discusion-salarial/).
El otro fantasma que agitan es la consabida mentira de “es tiempo de cuidar el empleo y no de pedir aumentos”, a la que sin pudor alguno se suman los gerentes sindicales de toda laya abriendo el paraguas de la contienda salarial que se avecina.
Por todo esto, es necesario que las organizaciones independientes de los trabajadores se preparen para esta contienda con una visión política de la misma. La discusión salarial que se viene no será contra la empresa que nos contrata solamente; será contra ella y contra toda la clase burguesa (incluido su gobierno) que planea que para seguir realizando inmensas ganancias el pato de la boda debemos ser los trabajadores quienes lo paguemos resignando nuestros ingresos porque ellos no quieren resignar ni un centavo de sus ganancias.
El ajuste es contra todo el pueblo y, en particular, contra la clase obrera en pos de adecuar los costos patronales (léase, masa salarial) a las exigencias del mercado mundial.
Los trabajadores debemos actuar como una sola clase en el enfrentamiento contra la burguesía. La forma que adopta el mismo es la discusión por los niveles salariales y las condiciones de explotación que nos quieren imponer, y el contenido es la pelea de clase contra clase que debemos afrontar. De allí que la unidad que primero logremos dentro de la empresa que nos toque debe extenderse a la unidad con otras empresas, con otros sectores laborales, con el resto de la comunidad, haciendo de unos y otros reclamos una sola lucha por la defensa de los derechos y la dignidad del pueblo trabajador.
Desde la reivindicación propia de cada sector, el próximo peldaño debe ser elevar el enfrentamiento al plano político para unificar en una sola fuerza las fuerzas obreras y populares. Ellos tienen su plan, nosotros debemos tener el nuestro.

Lucha política: una nueva impronta que tiñe el enfrentamiento de clases en Argentina

Las clases sociales no están exclusivamente en los centros laborales. Esto que parece una verdad obvia muchas veces no se tiene en cuenta a la hora de medir los enfrentamientos sociales y, en consecuencia, se corre el riesgo de subestimar, o de no darle la verdadera dimensión que en realidad tienen muchas de las acciones políticas que representan gran significado en la contienda contra la oligarquía financiera.
En la nota del 04-01-2014 aparecida en esta misma página destacamos correctamente un aspecto que tiene que ver con lo que estamos planteando. La experiencia allí relatada da mucha tela para cortar, pues ella muestra la punta de un iceberg oculto bajo el agua que pugna por emerger su cuerpo gigante.
Cuando los vecinos de un barrio, ante la falta de un servicio esencial como la energía eléctrica se dirigen sin vacilaciones hacia una empresa monopolista cortándole los accesos y, por ende, la capacidad productiva y de comercialización de sus productos, para obtener por una vía rápida, lo que el Estado no les da, quiere decir que existe un nivel de conciencia muy alto sobre el papel que juegan los monopolios en la sociedad.
Pero además, se expresa claramente que la clase obrera y trabajadores que viven en dicho barrio, cumplen un papel rector y orientador de las conductas sociales de dicho barrio hacia quienes son los beneficiarios de las políticas que emanan del gobierno al servicio de los intereses monopolistas. Porque, aunque parezca tedioso remarcarlo, la clase obrera es mucho más amplia que la cantidad de obreros que trabajan en las fábricas de todo el país. Los obreros, con toda su prole, constituyen la clase obrera, que a diario, lleva la impronta de su conducta laboral y de clase, al resto de toda la sociedad.
Se trata de un enfrentamiento que supera los muros de la fábrica, en donde la clase obrera se enfrenta a diario, en soledad, con su enemigo irreconciliable, la oligarquía financiera. En este caso, la necesidad del fluido eléctrico, llevó a los pobladores a deliberar y decidir las acciones a tomar para lograr la luz. Los obreros y trabajadores, incidieron en forma directa o indirecta, a partir de sus conocimientos y experiencia de vida, para dirigir los dardos hacia la fábrica. Pues no se trata de la presencia física de obreros de carne y hueso que moran en el barrio, sino de la experiencia que, como clase, se transmite al resto del pueblo. Aquí la clase ha cumplido, tal como lo viene haciendo en forma constante y silenciosa (hablamos del silencio a que es sometida por los medios masivos de difusión), un papel fundamental en la elevación de una lucha por una reivindicación, al nivel de una lucha política contra el enemigo que utiliza al Estado para beneficiarse en contra de los intereses de las grandes mayorías populares.
Y así como la clase obrera se erige en jefe de la lucha de clases, las ideas revolucionarias constituyen el faro que señala claramente en donde están los manantiales capaz de calmar la sed que las grandes mayoría populares sienten necesidad de saciar, marcando a fuego el lugar en donde se encuentra el enemigo central que intenta ocultarse tras el velo del Estado y sus instituciones, y el camino a transitar para doblegarlo y conseguir lo que nos pertenece por derecho de producción.
Este enfrentamiento político da continuidad y sostiene un nuevo escalón, una nueva calidad que viene gestándose en la lucha de clases en nuestro país (la lucha política) lo cual abre nuevas perspectivas en la lucha de clases y en la correlación de fuerzas a favor de la clase obrera y el pueblo. También renueva y ratifica la necesidad imperiosa de dar cuerpo a la fuerza política de masas que se está gestando a partir de las experiencias de la unidad revolucionaria que venimos realizando en múltiples puntos del territorio nacional.

El SMATA de Ricardo Pignanelli se suma a las maniobras para embarrar la cancha en la discusión salarial

La burguesía monopolista, producto de la lucha de clases, en su afán de someter y super explotar a la clase obrera y el pueblo, cada día que transcurre sigue improvisando, mostrándose cada vez más anárquica y aventurera.
La decisión desesperada y de cualquier manera por intentar frenar el aluvión de reclamos salariales que ya está en puerta, así lo indican; y pretenden construir castillos en el aire donde sus discursos pretenciosos de la paz social se escurren como agua entre los dedos. Prueba de ello son los diferentes ensayos que están haciendo, como por ejemplo, negar los acuerdos de los aumentos a las policías de Entre Ríos y el Chaco, aduciendo una “extorsión” y toda una serie de recursos legales. Luego de los acontecimientos conocidos por todos, no sólo esto habla de irresponsabilidad y miopía sino del claro y manifiesto reflejo de una crisis política sin precedentes (como lo venimos afirmando constantemente), pues que los gobiernos de las demás provincias se hayan llamado a silencio, es una muestra clara de ello.
Pero el problema de fondo no está ahí, en reconocer o no los aumentos a los policías. El problema es cómo desvirtuar, confundir, intentar vagamente reducir los reclamos de aumentos salariales de los trabajadores de todo el país. El piso lo marcó el conflicto de la policía, y para los trabajadores no hay “tu tía”; y más aún con la tremenda escalada de los precios del último mes, donde solamente el trasporte público aumentó un 65%.
Al aventurerismo de estas ideas, de llevar la mayor confusión posible, donde al parecer  ése es el objetivo, el planteo más sorprendente y osado es el del burócrata sindical del SMATA que salió a plantear que la propuesta de ellos es discutir salarios a partir de ahora cada tres meses (hasta da risa tanta inocencia!…la de Chuky, por supuesto). ¿Con ello pretenden acaso pasar por alto la discusión anual?  Seguramente, y de paso  confundir y mediáticamente vociferar: “El SMATA acordó un 4% ó 6% para los próximos 3 meses del año”, e intentar colocarse como referencia nacional y poner paños fríos al más de 35% que ya está comenzando a reclamar el conjunto de los trabajadores, porque no es que Pignanelli luego de formado el aumento paritario anual va a salir a reclamar trimestralmente.
Estas maniobras y otras estupideces, como el circo de las fijaciones de precios en los productos básicos, que seguirán apareciendo, es la “firmeza” con que la burguesía monopólica intenta e intentará frenar la oleada de protestas, huelgas, tomas de establecimientos y reclamos que se sumarán masivamente en los próximos días una vez pasado el mes de enero.
Las mentiras y el embarrar la cancha no sólo encarnan un odio a la clase obrera y al pueblo sino un grado de subestimación que sólo se puede explicar por el tremendo aislamiento en que se encuentran el gobierno y toda la súper estructura política de la burguesía producto del desprecio que les tienen nuestro pueblo.

Estatales de Neuquén: ofensiva en defensa del salario y aumento del 35%.

Una vez más, y como es casi tradición, diciembre es el mes elegido por nuestro pueblo para subir un escalón más en la confrontación con la oligarquía financiera  y su gobierno de turno.
El rotundo NO, desde la lucha y la movilización, a la política de ajuste propuesta por el gobierno de los monopolios, junto a la ostensible insolvencia e indiferencia puesta de manifiesto por todo el arco político que, sentado en el gallinero del circo político del juego parlamentario burgués, no resuelve ni garantiza las más elementales necesidades desprendidas de hechos aleatorios como la ola de calor que se ha instalado en casi todo el territorio nacional y que ha hecho volar por los aires todo el vetusto sistema de distribución eléctrica domiciliaria contribuyendo a demoler el “cuentito” de “la década ganada”.
Crisis política, desorientación y desconcierto es el común denominador en las “alturas” y la lucha que no les da respiro es la conducta política de los trabajadores y el pueblo.
Neuquén es uno de los tantos escenarios de lucha de los trabajadores estatales en los que no se deja pasar el ajuste y en donde el último mes se ha lanzado una ofensiva en defensa del salario y por  un aumento del 35%.
Paros, movilizaciones, cortes de rutas, es el paisaje dominante en la provincia.  Los trabajadores de Salud bloquearon la refinería de YPF en Plaza Huincul no permitiendo el abastecimiento de combustible a la región. Estos fueron desalojados el último viernes a fuerza de gases lacrimógenos y balas de goma.
La lucha se trasladó a Neuquén Capital donde trabajadores tomaron la sede del Centro Administrativo Ministerial y prometen profundizar las medias de fuerzas el próximo lunes.
Golpearlos sin dejarlos respirar es la conducta de los trabajadores frente a la burguesía débil y empantanada  en su dominación. Momentos donde todas las aspiraciones del pueblo son posibles y es, a la vez, la hora que en las calles conquistemos la unidad necesaria en el camino de la constitución de la alternativa política de masas capaz de terminar con el actual orden de cosas.

La generalización y masividad dan poder y legitimidad a la lucha popular


Durante las últimas semanas que pasaron, en el marco de las protestas por los cortes de luz y en medio de un caliente estado de ánimo, producto del descontento social por el enorme incremento de la inflación de precios en alimentos y productos de primera necesidad, muy lejos de pasar desapercibido, el pueblo argentino, una vez más salió a tomar las calles como método indiscutible de lucha.
Mientras que la burguesía y su gobierno, no le pueden dar respuestas a la profunda crisis política y de gobernabilidad instalada, la generalización y la legitimidad de la protesta social se profundiza. Miles y miles de argentinos, salen a las calles para conquistar, a través de la movilización y la acción directa, los reclamos, a sabiendas que no existen otra vías de acceso, dentro de los marcos de las instituciones de gobierno, que puedan resolver de manera inmediata, los problemas que se presentan frente a la descomposición de un Estado al servicio, pura y exclusivamente, de los monopolios.
En este contexto, en la ciudad de Buenos Aires, el gran Buenos Aires y en diferentes provincias donde hubo falta de luz y agua, las protestas en las calles y el cuestionamiento al poder político y económico, eran acompañados de un efervescente estado deliberativo, donde se debatía en los cortes de calles y rutas, entre otras cosas, cómo hacer aún más efectivo el golpe, donde en muchos casos las movilizaciones avanzaron a las puertas de las casas de los políticos de turno, o a prender fuego las puertas de los locales comerciales de Edesur, o a los municipios de diferentes localidades.
Asimismo, también en el barrio de Longchamps, donde está instalada la empresa La Serenísima, los vecinos, enardecidos de ver que mientras ellos pasaban varios días sin luz y sin agua, y la fábrica no sufría ningún tipo de cortes y seguía produciendo sin ningún tipo de problemas, decidieron ir a bloquearles todos los accesos a los camiones de la planta. Ante lo cual la respuesta fue inmediata y la empresa acorralada decidió cederles una fase al barrio para que tengan luz y proveerles del reparto de agua a través de un camión cisterna.
Esta nueva experiencia de lucha, apenas un ejemplo de lo que se dio en infinidad de rincones de nuestro país, fue la clara demostración, que la generalización y masividad de la protesta social, le brinda a la lucha de clases un grado de poder enorme que hostiga y arrincona a la burguesía y su gobierno, desarmándolos y ahondándoles su crisis.
En este mismo sentido, la gran dimensión de legitimidad que cobra la protesta social a partir de la masividad, los pone más a la defensiva cercenando o condicionando toda posibilidad de represión o de tergiversación a través de los medios masivos de comunicación como suelen hacer, ya que en medio de tal situación, cualquier paso en falso puede llegar a provocar un estallido social.

Nuevos problemas a resolver del proceso revolucionario.

Mientras la disposición a la lucha de nuestro pueblo continúa en un febril ascenso aparecen con más claridad los problemas a resolver en lo inmediato por parte de los revolucionarios.
El surgimiento de una alternativa política revolucionaria de masas aún no está a la altura  de los acontecimientos que se suceden a diario. Los enfrentamientos dados se encuentran mayormente aislados, no tienen un norte claro hacia dónde ir y ya no es suficiente la incapacidad de la clase dominante para gobernar sino comienza a pesar en los hechos la posibilidad concreta de un cambio revolucionario.
Sin embargo en los últimos tiempos ha habido avances notables en la calidad del proceso de la lucha de clases. Por un lado la burguesía expresa abiertamente el caos estructural del sistema capitalista a los ojos de las grandes mayorías y no hay nada en el horizonte que pueda resolver tamaña dificultad para la dominación como quisieran ellos hacer.
Del  lado de la revolución tenemos que incorporar  la aparición en escena de la clase obrera industrial introduciendo metodologías revolucionarias en el enfrentamiento con la burguesía. Ha habido paros, huelgas y tomas de fábricas como hoy mismo en las petroleras del sur del país, imperceptibles al desprevenido lector ya que se ocultan estas realidades a más no poder.  En esas metodologías se lo aferra al enemigo de clase al terreno que no quiere y en el que se encuentra más débil, es decir la fábrica, el lugar donde se producen las riquezas, los parques industriales en donde la unidad de clase es más concreta y visible y apoyada en la disciplina que le da el hecho de estar organizada para producir ha golpeado y por lo general conquistado lo exigido. Los barrios cercanos a las empresas comienzan a ser parte de la táctica para enfrentar a la burguesía en los reclamos propios por luz, agua, vivienda etc.
Es de destacar  que en muchas de estas expresiones funcionan asambleas obreras como forma de poder local frente a la presión sostenida del sindicato apéndice de la empresa. Estamos hablando de esta irrupción y lo hacemos desde la importancia que adquiere, aunque embrionario, este condimento de la lucha de clases.
¿Qué es lo que lo diferencia de luchas extraordinarias anteriores de la clase obrera?
La presencia de las ideas revolucionarias que aunque aún en dosis muy insuficientes se han clavado como una daga en la garganta del poder.
Otro ingrediente fundamental de los últimos tiempos es la disposición cada vez más amplia a la lucha de otros sectores de la sociedad. Se ha incrementado la lucha callejera con diversidad de formas y metodologías. Son innumerables las experiencias que apuntan a la resolución de los problemas del pueblo por el propio pueblo.
Hay que destacar otra cuestión que apunta a resolver lo planteado inicialmente como debilidad. Nos encontramos en un momento que hay una fuerte disposición a la unidad de muchos destacamentos revolucionarios para pegar con un solo puño, hay un estado permanente de deliberación pero nos vamos encontrando y, además, hay ganas de hacerlo.
En estos marcos muy ampliamente definidos entendemos que se hace imprescindible avanzar masivamente con las ideas de la revolución, que tenemos que romper una barrera que impuso el sistema para dar por muerta esa salida como vía de dignificar a la sociedad humana. Las luchas por conquistas económicas y políticas necesariamente hay que emparentarlas por la lucha por el poder entendiendo que este problema, hoy por hoy, de resolverlo, tensionará todas las fuerzas en lucha haciéndola subir a un peldaño superior en el enfrentamiento de clases.

Agudizar la descomposición del sistema.


En un marco de profunda crisis la burguesía cebada por la ganancia y como consecuencia de sus pujas internas dispara tarifazos y aumentos a diestra y siniestra según sus conveniencias, según el sector, según su demencial locura por la plusvalía, es decir según sus intereses comunes como clase y, a la vez, disputando intereses particulares, repercutiendo como mazazos en los trabajadores y el pueblo que no están dispuestos a ser el sostén de la caída de los poderosos y que comprueban, cada día que pasa,  la putrefacción de este sistema social.
El Estado al servicio de los monopolios adopta todas y cada una de las imposiciones de la oligarquía financiera pero en el marco del desmembramiento de su capacidad de centralización política hace gala del notorio parasitismo, especulación y descomposición que ha sido determinante en la historia de la oligarquía financiera mundial y que se refleja con suma nitidez –hoy más que nunca-  en su dominación en nuestro país, en las condiciones caóticas que predominan en el gobierno  
La impotencia e incapacidad para resolver las más elementales necesidades sociales (luz, agua, etc.) se ha encarnado en la clase dominante y en el Estado a su servicio como un forúnculo a la piel y carcome, con su pus, su capacidad política, a tal punto que, absortos por las consecuencias que ellos han conjurado con sus embrujos, se muestran azorados e impávidos frente a la aguda situación social, frente a la propia lucha de clases.
“Los cortes de luz, las discusiones paritarias, los aumentos, la inflación, no son el efecto residual sino el efecto de distintas políticas que han marcado la crisis y que se han ido sumando, y hoy asusta ver todo lo que había que resolver”. Las palabras de Héctor Méndez, titular de la UIA, son más que elocuentes. Mientras su incapacidad de soluciones a los problemas se estampa en el profundo deterioro de las condiciones de vida de millones, mientras se descargan tarifazos que superan el 124% en un año, como por ejemplo en el caso del transporte, este señor propone sin miramientos que los aumentos salariales no deben superar el 18% “ya que los salarios en nuestro país (según él) son altísimos”.
La hipocresía de la oligarquía se corresponde con su parasitismo. La oligarquía actúa como clase no por la posibilidad de las superganancias sino que las superganancias le han dado la posibilidad de actuar como jefa dominante de su clase. Como éstas podemos ver diversas expresiones de la burguesía monopolista que desde su hipocresía se asustan de las potencias infernales que han desatado y que auguran problemas que no están en condiciones de resolver.
Así actúa la oligarquía. No busca resolver los problemas crónicos que causa su dominación de clase, sino sus negocios a instancias de la secuela de problemas históricos del pueblo no resueltos. Negocios que aferrados al parasitismo propio de su existencia, a la ganancia y al medio por el cual obtenerla, -la superexplotación de la clase obrera- se montan en su propia crisis para promover las devaluaciones y políticas inflacionarias, el achatamiento salarial, tarifazos e impuestazos  estimulados por el deseo de sacar ventaja de su propia descomposición  política.
El desbarajuste económico y político es cada vez más profundo y tiende a agudizarse. Su debilidad política se agiganta, ya no se trata de resolver éste o aquel tema económico como plantea Méndez u otros personajes por el estilo tanto del gobierno, como del mundo empresario, de la oposición o del oficialismo, pues lo único que persigue toda esa cuestión es seguir haciendo negocios y que nada cambie. Ya no se trata que lo trabajadores y los amplios sectores populares continúen siendo el soporte y sostén de su descomposición para que cambien los personajes pero sin modificar ninguna condición material de su dominación.
Se trata de profundizar y eternizar el quebrantamiento de su dominación por la propia lucha de los trabajadores y el pueblo, por su lucha de clase, por su experiencia organizativa y política. Se trata de que la condición para avanzar a una sociedad más justa y humana es rompiendo con estas cadenas del pasado. El camino es la construcción del poder político revolucionario desde la clase obrera, desde la unidad con el pueblo.      

Una reflexión de fin de año sobre cifras publicadas y una realidad palpable


Que el sistema capitalista en nuestro país, en particular, y en el mundo en general, está en una profunda crisis estructural de la que ya no podrá salir, es una verdad fundada en la realidad que palpamos a diario.
Cuando hablamos de crisis estructural nos referimos a la crisis política e ideológica de la burguesía y de todas sus instituciones que ya no generan ningún tipo de credibilidad ni expectativa en las más amplias capas populares. Por el contrario, son blanco de los más grandes rechazos y repulsa generalizados. Nos referimos también a que la organización de la sociedad para la producción y reproducción del ser humano y su vinculación con la naturaleza que lo rodea y le da vida, es insostenible. Pero esto no debe confundirse con que la burguesía no pueda hacer negocios.
Por el contrario, en las mayores épocas críticas es cuando los monopolios transnacionales concentran y centralizan capital en forma inusitada:
Veamos algunas cifras proporcionadas por la propia burguesía:
El Mercado de Valores acumuló una ganancia promedio de 88,9% en el principal indicador, impulsado por las fuertes alzas en acciones como las de la energética Edenor, que trepó 213%, y la petrolera YPF, que subió el 188 por ciento.
Veamos que Edenor aumentó su capital 213% y estamos sufriendo la peor carencia de energía eléctrica que se tenga registrada en Buenos Aires y muchas ciudades del interior. Es una gran mentira que faltan inversiones. ¡Lo que no hay son inversiones a favor del pueblo!
Según esas estadísticas burguesas, los personajes más ricos del país, se hicieron aún más ricos:
Alejandro y Carlos Bulgheroni, accionista de Panamerican Energy y Bridas Corporation, con US$ 5.880 millones. Paolo Rocca, accionista de la empresa Techint dueña de Tenaris y Ternium, con US$ 3.400 millones. Gregorio Pérez Companc y Familia, accionista de Molinos Río de la Plata, con US$ 2.800 millones. Eduardo Eurnekian,  accionista de Corporación América, US$ 2.200 millones.  Y otros destacados oligarcas financieros como Jorge Pérez,  Alberto Roemmers y familia, María Inés de Lafuente Lacroze, Luis Alejandro Pagani y Familia, Roberto Urquía y Familia, Edith Rodríguez de Rey y Familia, Alfredo Alberto Román, Hugo Sigman, Samuel Liberman, Enrique Esquenazi y Familia, Carlos Blaquier y Familia, quienes figuran como accionistas de The Related Group, Laboratorio Roemmers, Estancias Unidas del Sud, Arcor, Aceitera Gral. Deheza, Pluspetrol, Grupo Macro, Grupo Insud, Sociedad Latinoamericana de Inversores, Grupo Petersen y Ledesma.
Entre todos estos personajes suman la cantidad de US$ 26.780 millones. Estamos hablando de ¡sólo 15 familias! Pero no mencionan estas estadísticas las empresas transnacionales de mayor envergadura tales como las mineras, petroleras como Chevron, automotrices, bancos, telefónicas, mayoristas eléctricas, cerealeras, etc.
Por su parte, 16.100.000 trabajadores ganan menos de $ 4.000,00 mensuales, según los datos del propio INDEC.
Las mayorías populares sufrimos las consecuencias del ajuste (aumentos de tarifas, transportes e  impuestos, inflación galopante, techos en salarios, cortes de servicios esenciales –luz, agua, etc.-).
El gobierno y los propagandistas burgueses nos quieren convencer que, con el paso del  tiempo, la brecha entre los salarios y el capital se va a ir achicando. Pero nosotros, los revolucionarios,  aseguramos que va a ocurrir todo lo contrario, es decir: los ricos van a ser más ricos y los trabajadores y pueblo en general nos empobreceremos más.
Contra los cantos de sirena que nos prometen que podremos resolver los problemas del funcionamiento de la sociedad capitalista, y que podemos vivir en un capitalismo más justo y generoso para el pueblo, nosotros decimos que esto es imposible y las cifras que señalamos más arriba lo confirman. La organización capitalista de la sociedad y el Estado que la sostiene, ya no tienen cura.
La única alternativa que tenemos para romper esta lógica es profundizar el camino de la lucha que como pueblo venimos transitando. En lo cotidiano, tratando de lograr mejores condiciones de vida (aumentos de salarios, mejores condiciones de trabajo, viviendas, salud, educación, calidad de vida), mientras a la vez vamos uniéndonos, acumulando fuerzas y nos organizamos en medio de esa lucha a fin de crear la fuerza política de la clase obrera y el pueblo capaz de conquistar el poder a fin de dar vuelta la tortilla y organizar la sociedad para que entre todos podamos producir y reproducir nuestras vidas en forma social por nuestras necesidades y aspiraciones.
No tenemos otro camino, se trata de una lucha de clases real. Tan real como la riqueza  que se apropian 15 familias y un puñado de monopolios transnacionales a costa del sufrimiento de millones de personas.

Hay una salida de la situación en la que nos ha puesto la burguesía en el poder


La furia social dominante expresada en las calles de casi todos los centros urbanos del país producto de la falta de luz, agua y vergüenza es, junto a la descontrolada inflación de los productos de primera necesidad y los ajustes que han comenzado a aplicarse en tarifas, transporte e impuestos, el broche de oro con el que la burguesía y su gobierno nos hacen cerrar el 2013.
Los incapaces del gobierno (en todos sus niveles: nacional, provincial y municipal), en medio del caos social,  sólo atinan a armar shows terapéuticos, mostrándonos su centro de control de las cámaras que nos vigilan las 24 horas y volando en helicópteros sobre los centenares de corte de calles de las ciudades. Y proponen “estatizar” las empresas distribuidoras de energía eléctrica  como la salida al drama social creado por ellos. Ocultando que la misma situación viven miles de argentinos en lugares en donde las empresas de energía pertenecen al Estado provincial, como la Epecde Córdoba, Epe de Santa Fe, o Secheep del Chaco ­– la energía más cara del país, al decir del jefe de Gabinete de la Nación, Jorge Capitanich, exgobernador de la provincia- y, a pesar de ello, no hay agua y luz.
Mientras tanto los popes empresariales se preparan para el “combate” (sic) frente a la arremetida de todos los trabajadores que vamos por el 35% de aumento (como piso) en los salarios.
Todo anuncia para los próximos meses que la clases populares irán por lo suyo, que las movilizaciones y luchas sociales, reivindicativas y políticas ganarán las calles. Y es en este marco que, de la mano de ese auge, aparece posible una perspectiva de salida de la situación en la que nos ha puesto la burguesía en el poder. Y es dar pasos de gigantes, esos pasos que sólo puede dar nuestro pueblo, en la construcción de la alternativa política, únicamente posible desde la unidad de todos los sectores populares que despojados de intereses corporativos y miserables mezquindades en la lucha contra el régimen, nos reconozcamos  y constituyamos una alternativa revolucionaria que termine con el yugo y la opresión capitalistas a la quieren condenarnos.

La producción automotriz y una disputa estratégica

La industria automotriz ha tomado en los últimos años un protagonismo notable en la escena política y económica del país. Sector de la burguesía que, como varios otros, se disputan la dominación del Estado y de las acciones de éste a favor de sus negocios, en forma de subsidios a la energía eléctrica, gas, parte de los salarios de sus operarios, infraestructura “pública” (pavimento y ampliación de caminos y rutas, por ejemplo). Para el año 2014, según distintos reportajes que directivos de varias empresas dieron a medios de “comunicación respetables”, afirman que con la reactivación del mercado brasilero las ventas se mantendrán o superarán las del año que venimos dejando. Las inversiones que Toyota, VW y Ford hacen y han hecho en sus plantas, ampliación y remodelación de sectores, apertura de nuevas plantas como la de chasis en la empresa de origen japonés, o inversiones en satélites donde derivan parte de la producción, el estampado de la Amarok en Gestamp Escobar, entre otros varios casos, nos marcan por dónde vienen sus intereses y sus objetivos.
Lo que hace a sus inversiones o a la puja por obtener mayor parte de la torta de subsidios es uno de los aspectos del análisis que queremos llevar adelante en la nota; el otro aspecto, y creemos que el fundamental, es la necesidad de implementar también en este sector el ajuste del que tanto venimos haciendo referencia, y ahí está a flor de piel y cada vez más tensa la lucha de clases. Sus exigencias planetarias, en la lucha de ellos contra la tasa de ganancia decreciente, son avanzar a como dé lugar en la explotación del ser humano, sobre todo en estos centros industriales donde tiene origen la extracción de plusvalía.
Con el correr de los años 2011, 2012 y 2013, por la necesidad de concentrar cada vez más masa de plusvalía, fueron utilizando distintos mecanismos como el impuesto a las ganancias, una devaluación real del dólar y una inflación descomunal, el poder adquisitivo del salario en general ha caído estrepitosamente.
No contentos con esto han intentado implementar, producto de la debilidad política de la oligarquía financiera, una dominación del SMATA como factor de control, un discurso del terror, del miedo, “con la crisis en la que están” y “el riesgo de seguir haciendo negocios en nuestro país”. Tímidamente han intentado golpear a los sectores de lucha más organizados de las terminales, montando todo el circo a su alcance y dudando en cada una de las iniciativas que han tomado. Saben que a nivel general el horno no está para bollos, que tienen pequeños incendios en diferentes plantas autopartistas en donde se han producido paros y tomas de fábrica que les carcomen los cimientos por el carácter masivo de dichas luchas. Casos como el de Kromberg, Gestamp, Valeo, Lear, por nombrar algunos solamente, los ponen en alerta y en jaque permanente.
Los desafíos para este 2014, para nuestra clase obrera, pasan por ahí, por instalar la movilización permanente en los centros industriales, por no dejarles pasar, ni en lo más mínimo, el ajuste. Cuando ellos expresan un año con posibles aumentos en la producción sabemos que eso significa para nosotros mayores lesiones por los ritmos de trabajo, más mentiras para garantizar sus negocios. En síntesis, mayor explotación. Pero ellos no duermen tranquilos, tienen una preocupación central que es el anhelo de gran parte de la clase obrera de no seguir viviendo como hasta ahora, cansados del SMATA por su fuerte papel policial, cansados de los arreglos paritarios miserables, cansados de ir a trabajar y no saber si volvés con tu cintura rota o con tu brazo hinchado por la tendinitis a raíz del desgaste que te genera la línea.
A mediados de enero, cuando comience el año de producción en la rama automotriz, arranca en un hervidero constante. Con la decisión total de no dejarles pasar ni el más mínimo intento de implementación del ajuste, parados nosotros desde la movilización, la organización masiva, en la lucha por las cosas concretas de todos los días y en la búsqueda de una vida digna.

El aumento en el transporte es más ajuste

Un nuevo tarifazo golpea los bolsillos de un gran porcentaje de los trabajadores en nuestro país, se trata del aumento de mas del 60% en las tarifas de colectivos que regirá a partir de enero en Capital Federal y Gran Buenos Aires, como seguidilla de un plan de ajuste a la población por parte del gobierno de los monopolios. En medio de un enardecimiento generalizado de la población tras los permanentes cortes de luz y agua, el gobierno de los monopolios aplica una nueva medida “nacional y popular”, en un acto desesperado por llevar adelante los planes que les fueron designados por la oligarquía financiera. Al igual que en otras ocasiones, intentan lavar la medida de ajuste, llamando al tarifazo “quita de subsidios”. Un intento absurdo que busca ocultar la verdadera esencia del ajuste, que es el de achicar los sueldos de todos los trabajadores argentinos, licuando con la inflación el poder adquisitivo de los salarios. Si hasta el nefasto y burócrata sindical Roberto Fernández, titular de la UTA, salió a defender la medida, diciendo: “Hay dos cosas: o se subsidia o se aumenta el boleto” “en todas partes del mundo el transporte es caro, incluso, el pasaje en otras provincias vale 4 pesos” “Tal vez no es el momento pero el boleto estaba muy barato”, aseguró el gremialista. Con estas palabras el gobierno y sus secuaces intentan justificar lo injustificable, pretendiendo hacernos creer, que la política de subsidios que llevaron adelante durante todos estos años, fue para beneficiar al pueblo frenando, supuestamente, de esta manera los inminentes aumentos de tarifas. Ocultan que en realidad esa política, es nada más y nada menos que para beneficiar a las empresas, donde el estado gasta millones y millones de pesos diarios subsidiando a las mineras, las petroleras, las automotrices, las alimenticias, etc., a la vez que recorta cada vez mas el presupuesto para la salud y la educación publica. En los marcos del sistema capitalista, todo gira en función de los negocios y la ganancia. Los servicios públicos, también están dentro de ese parámetro y mientras lo que debería ser un derecho como el agua, la luz, el gas y el transporte publico de calidad, la burguesía y su gobierno, lo han convertido en un gran negocio, donde los subsidios del estado pasaron a ser un gran banquete del cual se alimentan y se disputan los monopolios. No hay subsidio alguno a las empresas monopólicas, que beneficie al pueblo, por el contrario toda esa masa de dinero que recauda el estado con el cobro de impuestos a la población y que va a parar a los negocios monopólicos es plata que se le esta robando directamente a la clase obrera y al pueblo. Y la supuesta “quita de subsidios”, más bien llamada tarifazo, no es más que una nueva metida de manos a los bolsillos de los trabajadores argentinos.

Sin luz y sin agua: ¿Estado ausente o presente?


Sin luz y sin agua. Y el Estado ¿dónde está?  ¿Está presente o está ausente?
Ése es el debate que nos quieren meter por la ventana y entonces quienes defendían ésta frase, los partidarios o no de la discusión, quedaron expuestos a la estupidez.
Se “olvidaron” de una cosa esencial, este Estado siempre estuvo y está presente.
En todo caso la pregunta que hay que hacerse es ¿a qué clase de la sociedad le pertenece y sirve el Estado? y luego ver qué sector de esa clase dominante usa el Estado para la defensa de su interés mezquino que es la ganancia.
El Estado es de los monopolios y el sector de la clase dominante hoy presente en este Estado utiliza el subsidio que es plata que le roban al pueblo para transferir a Edesur a Edenor y otras, empresas privadas que también fueron favorecidas por el mismo Estado en la época de Menem. El subsidio a las empresas implica un “favor del Estado” a muchas empresas que dominan el Estado como las automotrices, mineras, petroleras, alimenticias que están presionando para la Estatización del servicio. Es decir, ellos que empujaron a la privatización en nuestro país, hoy quieren que se “estatice”. ¿Cómo no van a querer que se estatice si el Estado es de ellos?
Entonces viene el gobierno “nacional y popular”, que nos sigue metiendo las manos en los bolsillos a favor del sector dominante de los monopolios ya mencionados y nos dice: ¡El Estado está presente! Ahora será distinto.
Para nosotros el Estado siempre estuvo y está presente, con privatizaciones o con “estatizaciones”, pero lo que ocurre es que nadie dice que este Estado tiene dueño y le pertenece a la clase burguesa, más precisamente a la oligarquía financiera. Por lo tanto un Estado que está siempre presente intenta garantizar todos sus negocios bajo cualquier condición.
Igualmente grave es ver que esta clase burguesa es absolutamente incapaz de resolver los más mínimos problemas. Es decadente, no muestra ni el más mínimo gesto de capacidad no ya político solamente sino en la resolución más superficial de problemas que nos aquejan. No es suficiente ya caracterizarlos como que no pueden… no quieren, no les interesa porque privilegian sus ganancias y no tienen margen para achicar costos sin afectar las mismas. Y esto los pone como ineptos, por donde se los mire, frente a los problemas del pueblo.
El problema de hoy es que el Estado de los Monopolios para poder dominar a la clase obrera y el pueblo necesitaría que frente a la ausencia de un servicio básico como es la electricidad la gente “reclame por teléfono o con petitorios” pero… la protesta se hace por fuera de la dominación del Estado. Calles cortadas, movilización, estado deliberativo, barricadas preparación de nuevas protestas. Por un lado El Estado “presente” con empresas subsidiadas con la plata del pueblo y por el otro lado el crecimiento de fuerzas populares encontrando los caminos de lucha por sus conquistas económicas y políticas y comenzando a resolver sus propios problemas sin la tutoría de la clase dominante.
La protesta generalizada por fuera de las instituciones del Estado de los monopolios no le dará tregua al poder, ya no sólo en el problema de la ausencia de electricidad en los hogares argentinos,  sino que se extenderá a miles de reclamos por mejores salarios, mejores condiciones de trabajo, etc. Será un momento de la historia presente de golpe por golpe. Por un lado el Estado de los monopolios bajo el intenso fuego de una crisis política provocada por la lucha popular y, por el otro, el permanente machaqueo de la lucha en búsqueda de una salida política revolucionaria que ya ha dado sus primeros pasos.

A confesión de parte…


A confesión de parte, relevo de pruebas… reza un conocido dicho popular.
El mismo sería automáticamente aplicable a un informe que ha difundido recientemente la burguesía y que señala que Argentina es uno de los países con “más alto riesgo de inestabilidad social del mundo”. Este notable galardón surge según un índice que para 2014, elaboró y difundió la revista británica The Economist.
Si bien todos sabemos los manejos que desde el poder se hacen respecto a los datos y “evaluaciones” que ellos mismos difunden, algunas referencias como estas nos muestran en política el profundo grado de debilidad política en el que se encuentran y cómo ellos mismos ya están abriendo el paraguas y “avisando a quién corresponda”, que en varios lugares del planeta lo cosa no da para más y está todo prendido fuego…
“Desde movilizaciones antirrecortes hasta manifestaciones de la clase media, tanto en países ricos como pobres, la agitación social se ha incrementado en el mundo”, se señala en la introducción al listado al que hacemos referencia, que no lo hace un grupo de periodistas trasnochados, sino que es producto de un trabajo que realiza la Unidad de Inteligencia Económica (EIU, por su sigla en inglés), que “mide la probabilidad de convulsión social en 150 países en todo el mundo, en base, principalmente, a debilidades políticas e institucionales”. El mismo núcleo (vinculado a la publicación), realiza con periodicidad análisis de riesgo de diferentes países, inclusive de industrias, para las que presta un servicio  diferenciado y específico.
Según la publicación, “las razones que propician estas revueltas son diversas pero todas tienen en común la crisis de 2008-2009… la dificultad económica es una “condición necesaria” para la inestabilidad social o política pero no es la única”. “Los factores que propician la inestabilidad social son: inequidad de ingresos, gobierno endeble, bajos niveles de seguridad social, tensiones étnicas y antecedentes históricos de disturbios... “Actualmente la erosión de la confianza en los gobiernos e instituciones es el ingrediente de las manifestaciones”…
Yendo a los papeles, este año ubicó a Japón, Suiza y Luxemburgo entre los países con “muy bajo riesgo”, y puso a Australia, Chile, Estados Unidos y Uruguay, entre el grupo de naciones con “bajo riesgo”. Unos 65 países (el 43% de los 150 que mide) tendrán un riesgo alto o muy alto en 2014.
Entre los lugares en situación “más vulnerable” aparece Argentina acompañada entre otros por Bolivia, Egipto, Grecia, Irak y Venezuela. Una de las razones que se señalan fueron “las protestas que se desencadenaron en estos países en los últimos doce meses debido a las inequidades sociales y el descontento político”, explicó el informe en la mencionada revista. “Sólo cuando los problemas económicos son acompañados por otros elementos de vulnerabilidad, es cuando hay riesgo de inestabilidad. De las convulsiones sociales recientes aparece como un desencadenante de particular importancia la erosión de los gobiernos e instituciones: una crisis en la democracia“.
Más allá de cómo se lo utilice desde el punto de vista de su clase, la definición que se hace es toda una pinturita de cuál es la verdadera situación actual de la lucha de clases, y en particular, lo que en esencia está ocurriendo en nuestro país.
Los trabajadores y el pueblo no queremos seguir viviendo de esta manera, y nos encontramos en una incansable búsqueda de una salida revolucionaria que nos dé una real perspectiva de dignidad para nuestras vidas.

Ellos retroceden mostrando las uñas, el pueblo avanza con unidad y acción

En una misma semana, trabajadores petroleros fueron condenados a cadena perpetua en un juicio plagado de gravísimas irregularidades mientras que todos los acusados por las coimas en el Senado durante el gobierno de De la Rúa, fueron absueltos y hasta los propios medios burgueses afirman que el delito existió y está probado.
Al mismo tiempo, el oficialismo kirchnerista aprobó el ascenso de Mario Milani como jefe del ejército, acusado de participar de la represión durante la dictadura. A ello se suma que ya las fuerzas armadas están realizando tareas de seguridad interior en las fronteras cuando la propia ley burguesa lo prohíbe expresamente.
El carácter clasista de la justicia y la confirmación de las fuerzas armadas como parte indisoluble del Estado burgués son las dos caras de una misma moneda; las instituciones de la burguesía se muestran tal cual son a la hora de defender y garantizar los intereses de su clase, más allá del color político y de los discursos populistas de los gobiernos de turno.
La agudización de la lucha de clases obliga a la burguesía monopolista a hacer lo que tiene que hacer, aunque a la defensiva y en forma errática, conciente que su enemigo de clase busca avanzar en la defensa y conquista de derechos, ejercitando en la lucha la acción política que, aunque aún no se manifieste en todo su potencial, es suficiente para cuestionar las bases mismas de la dominación burguesa y así obligar a los de arriba a “mostrar las uñas”.
Sin embargo, las garras de la burguesía no son las mismas de otras épocas. Atravesando la peor crisis política de la que se tenga memoria y teniendo en frente la acción decidida de una clase obrera y un pueblo que no se dejan domesticar ni engañar por sus cantos de sirena, los intentos por amedrentar al movimiento de masas son inocuos e ineficaces; así lo demuestran lo propios petroleros del sur que han lanzado una huelga en plena navidad.
El poder tiene una debilidad estructural y, por eso mismo, tratarán de bravuconear. Las fuerzas obreras y populares estamos en condiciones, y en la necesidad, de seguir avanzando en el enfrentamiento y profundizando la construcción de las herramientas políticas propias que avancen en la disputa del poder político.

Luces y sombras de un negocio millonario contra el pueblo


Mientras que una gran cantidad de argentinos sufre los inevitables cortes de luz, producto de las políticas del Estado al servicio de los monopolios, que pone en funcionamiento un plan de energía para favorecer solamente a las grandes empresas (ver nota http://prtarg.com.ar/2013/12/19/el-reparto-de-energia-es-de-clase-y-esta-en-funcion-del-capital/), tanto el gobierno en el plano nacional como Macri en el plano de Ciudad de Buenos Aires, pretenden dar algún tipo de respuestas para salvarles las papas a los monopolios energéticos Edenor y Edesur, frente a la enorme bronca popular por los cortes de energía a los hogares y comercios.
Por su parte, el jefe de gobierno de la ciudad, Mauricio Macri, ni lerdo ni perezoso, intenta emprender un negocio frente a la falta de luz. Como intento de solución propuso impulsar una ley  que obligue a los consorcios de los edificios, a comprar e instalar grupos electrógenos, para garantizar que tengan luz, sacando una línea de créditos a través del banco Ciudad y dar supuestamente, facilidades de pago. Realmente un intento descarado de montar un negocio con la desgracia ajena. Y por supuesto pretendiendo que la solución salga de los bolsillos de la población, luego que ni las empresas ni el Estado de los monopolios, hubieran invertido un solo peso para mejorar la infraestructura energética que está dirigida a satisfacer las necesidades del pueblo.
A su vez el gobierno nacional intenta ser más político, para proponer una misma línea que la del gobierno de la ciudad. Ahora salen a bravuconear con la solución mágica de la “estatización” con un mismo objetivo, que es el de salvarle las papas a las empresas monopólicas, que durante años hicieron suculentos negocios de manera impune, sin ningún tipo de control y siendo beneficiadas con millonarios subsidios, exclusivamente para llenar sus cuentas bancarias. Al igual que en los ferrocarriles, cuando la situación no da para más, el Estado sale a poner parches y a cubrir tanto las deudas como las inversiones que nunca se hicieron, para que en definitiva quien se haga cargo de los platos rotos sean nada más y nada menos que el pueblo.
Esta situación, viene de la mano con las políticas de gobierno de beneficiar a las empresas monopólicas relegando los intereses de la clase obrera y el pueblo, donde promueven grandes inversiones para abastecer de infraestructura a los parques industriales y a las grandes fábricas, para que no se corten sus negocios, a la vez que no se invierte un solo peso en la salud pública, la educación, el transporte público y todo lo que tenga que ver con nuestros intereses que es ajeno a los intereses de clase de la burguesía monopolista.

Paro de petroleros en Chubut y Santa Cruz

Desde la hora 8:00 de la mañana de hoy comenzó el paro por tiempo indeterminado por parte de los trabajadores petroleros de Chubut y Santa Cruz, al que adhieren los jerárquicos, en reclamo por la falta de acuerdo en las paritarias finalizadas el viernes último.
Los trabajadores quieren poner sobre la mesa un 35% por ciento de incremento salarial, pero las operadoras ofrecieron un bono de 3.300 a pagarse en los meses de enero y febrero para, recién en marzo, comenzar las negociaciones sin ninguna oferta empresaria.
Es preciso recordar que en los 5 últimos años las paritarias se resolvieron por resolución ministerial (ministerio de trabajo), periodo donde, no sólo, se demolió el salario en manos de la inflación, sino que también el Estado de las petroleras y sus gobiernos lanzó furiosa represión, persecución, encarcelamiento y torturas de trabajadores. Miles de despedíos y la existencia de listas negras fue el mecanismo coercitivo utilizado por las empresas monopolistas.
Largas luchas heroicas contra el impuesto al trabajo, por salarios y reincorporación de despedidos se vienen sucediendo. Sindicatos intervenidos y dirigentes vendidos; ha sido el paisaje de los últimos años de las ciudades y pueblos de la Patagonia.
Las caretas del engaño, las promesas de “trabajo” con la “nacionalización” de YPF, la larga vara con la “zanahoria” de “la recuperación del sindicato” y la política de conciliación en función de “la paz social” necesaria para garantizar los negocios de los monopolios han caído de un plumazo frente a la disponibilidad a la lucha de los trabajadores y los pueblos petroleros.
La lucha se reaviva, acorrala y agudiza la crisis política y estructural de la burguesía, y el fuego de la dignidad ya quema en las entrañas petroleras.

Construyendo la unidad popular revolucionaria en la lucha

Ésta es una declaración que sintetiza la unidad política en González Catán y que salió a las calles el 20 de diciembre en relación a la iniciativa tomada en la última asamblea del llamamiento 17 de agosto.  En ella se expresan un conjunto amplio de organizaciones que se sumaron a la iniciativa del llamamiento 17 de agosto. Más organizaciones políticas y sociales convergen desde el seno del pueblo en la necesidad de constituirse como una fuerza política unitaria en la búsqueda de consolidar un proyecto revolucionario partiendo de la construcción de genuinas expresiones de unidad política por abajo que transitando un camino de lucha expresan la necesidad del cambio revolucionario, del cambio del poder político, de la destrucción del putrefacto capitalismo y la construcción de una nueva sociedad.    
¿¿¿Unidad nacional???… De Gobernadores, jefes de gobierno, presidenta y empresarios monopolistas contra los pobres en este 20 de diciembre del 2013.
En las imágenes de tv pudimos ver cómo se rompió por unos días el acuerdo tácito “no escrito” entre el poder político, judicial con la corporación policial. Acuerdo que establece que la policía debe recaudar del delito (drogas, piratas del asfalto, trata de personas, desarmaderos de coches, quiniela clandestina, prostitución, robo, extorsión, etc..). O sea el delito es como el oxígeno para vivir. Si se acaba el delito se muere la policía.
Luego de lo que pasó en Tucumán (las víctimas del saqueo fueron reprimidas por la policía). Quedó claro para el pueblo argentino el lugar y función que ocupan la policía y demás fuerza represivas junto al poder político y judicial: Están para cuidar y proteger a los funcionarios y a los empresarios y perseguir y reprimir al pueblo que lucha. Por ejemplo Fuentealba, Mariano Ferrreyra, Jorge Luis López, y criminalizar a los pobres y a los jóvenes: Luciano Arruga y castigar duramente a los que se atrevan a luchar como el caso de los trabajadores petroleros de Las Heras, de la provincia de Santa Cruz, que se movilizaron contra el impuesto a las ganancias protagonizando una significativa protesta popular. Varios de los trabajadores fueron condenados a cadena perpetua. Lo mismo que la prisión de Fernando Esteche y Boli Lescano, mientras los funcionarios y empresarios que le roban al país caminan libremente como el caso de los Cirigliano, que fueron absueltos por la masacre de Once (trenes). La justicia no es igual para todos.
La unidad nacional contra el pueblo se da también en lo social: El gobierno nacional rechazó un plus para fin de año a jubilados y estatales y la exención del impuesto a las ganancias en el aguinaldo y un  techo entre el 15% y el 20 % a las paritarias de los trabajadores para el 2014, al mismo tiempo que la inflación del 2013 fue de un 30%, mientras se aplica un tarifazo en el combustible, en el transporte, y los servicios. O sea se aplica una política económica a favor de los dueños del país: Barrik Gold, Monsanto, Cargill, Techint, etc. para que maximisen sus ganancias devaluando el peso, aumentando el precio del dólar, licuando las reservas del banco central a través del pago de la deuda externa, importando energía, resultado del saqueo de Repsol y otras petroleras con las reservas y el patrimonio de YPF recibiendo como premio una indemnización de 5 mil millones de dólares. Permitiendo la fuga de dólares al exterior por parte de los empresarios y poniéndole cepo a los sectores medios.
La manzana subió un 2500%, la yerba un 400% un pantalón de jean 600% cuando los costos no justifican semejante aumento. Los formadores de precio como los hipermercados y shoppings son los que se quedan con esta sideral ganancia. Junto a los bancos a Monsanto, Techint, etc. son los verdaderos saqueadores de nuestro país.
Ante la precariedad política del gobierno y la oposición. Ante la crisis de la burguesía y su descomposición y ante un 2014 de plena movilización de los sectores populares, debemos impulsar la organización del poder político del pueblo
Las organizaciones obreras y populares que ya están en pie y las que se construyan de aquí en adelante deben ser las que tomen en sus manos las decisiones y las resoluciones de los problemas que el poder ya no resuelve.
En cada barrio en cada lugar de trabajo, en los centros educativos debemos construir las asambleas obreras y populares que comiencen a ser los órganos del poder del pueblo autoconvocado para luchar contra las políticas del sistema y contra el sistema mismo.
Organizar el poder político popular es la respuesta urgente y necesaria que proponemos para comenzar a encontrar una salida desde abajo frente a la crisis de los de arriba
Ante un nuevo aniversario del 19 y 20, la memoria de los caídos hay que reivindicarla movilizándonos en las calles
Absolución de los compañeros petroleros de Las Heras.  Abolición de la ley antiterrorista y desprocesamiento de los luchadores populares. Plata para los trabajadores no para los represores        
Vecinos/as Autoconvocados contra la CEAMCE de González Catán, MOPAVI, PSA, Coordinadora Sur, Frente popular Darío Santillán (Corr. Nacional) Llamamiento 17 de agosto (Alas al Viento, Jubilados Clasistas, Partido revolucionario de los Trabajadores PRT).
La jornada del 20 en la estación de Catán se coronó con una concurrida fiesta popular y cultural  el Sábado 21 en el galpón, donde se reafirmó unánimemente la necesidad de redoblar la apuesta frente a la lucha y a la resolución de problemas,  la consolidación y la ampliación de la unidad política en pos de estos objetivos  y la construcción de un proyecto revolucionaria que exprese la necesidad de cambiar esta historia.    

Molinos Río de la Plata: una lucha ejemplar


La clase obrera, en general, no cesa en su lucha, y de lo pequeño a lo grande van minando desde cada fábrica las iniciativas de la burguesía. Si bien aún la irrupción política de ésta en la escena nacional no se ha expresado, no es menos cierto que miles y miles de batallas que está dando el proletariado a lo largo y ancho del país no dejan de constituirse en el más grave escollo que se le presenta a los planes de súper explotación de los monopolios.
Naturalmente que los trabajadores deben saltar la valla de dar golpes de carácter nacional como un solo puño. Esto inevitablemente se va a dar dado que existen estas miles de luchas y un estado de ánimo favorable con predisposición al enfrentamiento y la unidad; pero una unidad que se exprese desde abajo y que la clase obrera se sienta constructora y protagonista de ella, con una expresión claramente nueva.
Los trabajadores de Molinos Río de la Plata de Barracas, en una extraordinaria lucha, expresan su experiencia y denuncian la situación que padecen en el siguiente escrito que difundieron públicamente.
LOS TRABAJADORES DE MOLINOS RÍO DE LA PLATA PLANTA BARRACAS DECIMOS: NO AL AJUSTE! NO A LOS DESPIDOS! SALARIO IGUAL A LA CANASTA FAMILIAR!
Somos trabajadores de una de las ¨empresas líderes¨ en la producción de alimentos, su dueño es Perez Companc.
Esta empresa es una de las que en estos años juntó ¨el pala¨ millones y millones de pesos y ahora no para de hacer ajustes que golpea a la clase trabajadora.
El 30 de septiembre de este año nos anunciaron vacaciones a todos juntos. A los 2 días, el 2 de octubre, nos enteramos por Internet que habían vendido el predio donde trabajamos. Al otro día, el 3 de octubre, a la empresa no le quedó otra que oficializar la venta.
La intención de Molinos Río de la Plata era clara: despedirnos a todos en el medio de las vacaciones.
Nos comenzamos a organizar en asamblea y a luchar por la defensa de la fuente laboral de todos, con nuestra Comisión Interna a la cabeza. Tomamos medidas gremiales, buscamos la solidaridad de todas las Organizaciones Populares y la difusión en los medios de comunicación de nuestra difícil situación.
Fue con nuestra lucha como logramos que la empresa tuviera que firmar ante el Ministerio de Trabajo que no iban a despedir a ningún trabajador bajo convenio de alimentación, que nos trasladarían a todos a planta Esteban Echeverría y que las vacaciones no serán para todos juntos.
Hoy, 19 de diciembre, fecha histórica de lucha del pueblo, tenemos nueva audiencia en el Ministerio de Trabajo donde exigimos: que el traslado de los trabajadores a Esteban Echeverría sea en 2 etapas con fechas y sectores de trabajo definido, que se respete el mandato de los delegados tanto en una planta como en otra, que nos respeten todas las conquistas internas, transporte, plus del 10% por desarraigo, etc.
Denunciamos que la empresa cerró en estos años otras plantas, dejando muchos trabajadores en la calle, como en planta San Luis, Avellaneda, Bonafide San Martín, Chocoarroz Paternal, Colombo Chaco, la amenaza de cierre en la Arrocera de Romang Santa Fe. En agosto de este año el dudoso incendio (un domingo sin ningún trabajador adentro) en planta ¨Tres Cruces¨ y el despido de 300 obreros.
Además hoy estamos reclamando un plus de $ 3000, realizando paro de 2 hs por turno en distintas fábricas de la alimentación.
¡Viva la unidad y la lucha de los trabajadores y el pueblo argentino!
 Comisión Interna Molinos Río de la Plata planta Barracas
Contacto Facebook: Trabajador Molinos

Viernes 20: una jornada de lucha y unidad política nacional

Nos encontramos en una etapa de permanente lucha de nuestro pueblo. Cada día queda más a la vista de todos que los que gobiernan no pueden gobernar como quisieran y que por otro lado las grandes mayorías explotadas y oprimidas aún nos encontramos en la fase inicial de vertebrar una alternativa política revolucionaria que cubra ese vacío abierto en la dominación de la clase burguesa.
Esta situación se sostendrá en estas condiciones hasta que del lado del pueblo la lucha cotidiana se emparente definitivamente con una salida política revolucionaria.
Es mucho lo que se está haciendo a nivel nacional en ese sentido, pero nada es suficiente cuando el pueblo gana la calle.
Las infinitas organizaciones que se han creado bien pegadas a las problemáticas reales de cada sector, de hecho tienen un contenido revolucionario que se expresa en su metodología y en su organización. Son autoconvocadas, democráticas, se sostienen en el tiempo y se expresan en la confianza que infunden a sectores que, menos movilizados en lo cotidiano, las observan como sus dirigencias naturales. Ninguno de estos movimientos que son muchísimos, tienen confianza en las instituciones del Estado. Pero aún es insuficiente para que se vean comprendidos dentro de una propuesta nacional alternativa.
Hoy viernes 20 diciembre muchas fuerzas  nacidas y desarrolladas desde la lucha autoconvocada salimos a las calles con una proclama política que comienza a cubrir el vacío dejado por el poder burgués.
Es un paso de peso en el proceso abierto de nuevas y más contundente luchas el hecho de poner sobre la mesa una salida política. Esta alternativa propuesta  ha tomado la iniciativa justo en un momento en donde la burguesía toma iniciativas que mueren en el intento. El ajuste es un claro ejemplo de las dificultades del poder para aplicar lo que ellos, de una u otra manera, están obligados a realizar para sostener sus ganancias. Las políticas de engaño fracasan unas tras otras y están obligados a mostrar el verdadero rostro decadente del sistema capitalista.
Hoy viernes 20 la alternativa dará muestras de fuerzas movilizadas y tendrá su mirada puesta en fortalecerla a futuro.
Es de destacar que dejamos un año 2013 con nuevos ingredientes de la lucha revolucionaria.
Muchos sectores de la sociedad han engrosado las fuerzas de la movilización. Muchas de ellas silenciadas por los medios. En ese andar, las metodologías de lucha, la experiencia ganada, van apuntando a reemplazar las instituciones del Estado o, en todo caso, a exigirles que cumplan con las promesas. El pueblo le ha puesto la soga al cuello a la dominación pero ahora hay que ir ajustándosela.
Aquí es donde cabe hacer un paréntesis y analizar con detenimiento ese engrosamiento del que hacíamos referencia en el párrafo anterior. La clase obrera industrial ha introducido con nuevos bríos el paro, la huelga y la toma de fábrica entre otras metodologías de lucha. El 2013 ha sido importante porque va mostrando en serios destellos el devenir de la lucha de clases. Con este ingrediente, la robustez del movimiento en general se ha fortalecido a sabiendas que está todo por hacerse.
Este viernes 20 será un nuevo resumen de la lucha revolucionaria, será un nuevo jalón en la aparición de una alternativa política por fuera del sistema instituido. En cada rincón del país, en cada barrio, establecimiento de trabajo, de estudio, donde sea, la protesta unificada implicará que la lucha no será en vano ni se diluirá en una jornada de furia, por el contrario, será un empujón más que alentará a unir esfuerzos decisivos a la unidad de todo el pueblo.

Éste es el más crudo e impúdico sistema capitalista


El “señor” Grobocopatel, el “rey” de la soja  resume en un párrafo la brutalidad del sistema capitalista. Este personaje “progresista” que toca la guitarra en un conjunto folclórico Casarense y se pavonea por las calles de su ciudad natal, expresa con mucha sencillez la fórmula mágica para obtener ganancias a costa del hambre de miles de millones de seres humanos que habitan nuestro planeta. Entre canción y canción nos dice:
…Sin embargo, lo que está por venir podría tener un efecto transformador para el país. En el siglo de la genética los vegetales deberían ser visualizados como biorreactores que producen diversos productos industriales. Me refiero no sólo a alimentos. Por ejemplo, de una hectárea de algas se puede producir 30 veces más proteínas que en una de soja; de un millón de hectáreas de eucaliptos podríamos autoabastecernos de etanol; de la biorremediación de aguas servidas o de la glicerina podríamos producir bioplásticos degradables y solucionar el tema de la basura. Esto no es el futuro, es el presente: ya hay muchas empresas lanzando estos productos en los próximos 5 años. Estamos como internet en 1950, la bioeconomía es el nombre de una nueva revolución industrial verde y esta región podría ser su epicentro. Por: Gustavo Grobocopatel Presidente del Grupo Los Grobo (Especial para Ámbito Financiero)
Sus mágicas fórmulas, “señor Grobocopatel” son una respuesta “progresista” en un sistema que hace agua humanitaria por los cuatro costados, usted quiere encontrar en los negocios contra la humanidad la solución al sistema.
En cambio nosotros pensamos otras cosas antagónicas con usted, pensamos que los negocios que usted nos plantea son la felicidad para pocos y la explotación y opresión para las mayorías. No sin antes seguir destruyendo la naturaleza que nos rodea y llevar al ser humano a una enemistad con ella, siendo parte de ella, por los siglos de los siglos.
Usted parte de premisas del desenfrenado consumismo, eso es el capitalismo, la rotación inmediata de un producto. Una mercancía que queda en una góndola de un supermercado por más de un tiempo estipulado no es negocio para el capitalista. Usted lo sabe y entonces nos propone, para hacer sus negocios vertiginosos como el capitalismo lo exige, utilizar la naturaleza que usted por lo visto conoce muy bien, para producir mercancías industriales.
Si usted es tan “progre” señor capitalista renuncie a sus intereses de clase, póngase la boina del Che, tome su fusil y reflexione las barbaridades que está diciendo. Lógicamente que usted no se va a poner la boina ni va a tomar su fusil porque el interés de una nueva sociedad radica en el bienestar de la humanidad, muy lejos de los negocios que usted nos propone.
Nosotros estamos en las antípodas de sus propuestas “viables”, porque antes de proponernos “plantar eucaliptos” para obtener etanol, o la biorremediación o bioplásticos o la bioeconomía, como respuestas al capitalismo utilizaríamos estos conocimientos para el desarrollo de la sociedad, ustedes preocupados por los parches que afectan al ser humano que ustedes mismos provocan y la revolución social apoderándose del conocimiento para el desarrollo.
Nos preguntaríamos si una revolución socialista que atacará las bases del sistema capitalista y por ende el consumismo, necesitaría de un millón de hectáreas para ese fin. No obstante, le adelantamos que de ninguna manera el consumo se lo puede comparar al consumismo. Un millón de hectáreas para ese fin implica, “señor” Grobocopatel, hacer lo que hoy ya se está haciendo con temas tan ríspidos en lo social como la siembra de soja de la que usted es “nuestro rey”.
La aplicación de la ciencia y la técnica en el sistema capitalista está aprisionada, encorsetada tras firmes rejas para el desarrollo del hombre. Usted con rimbombantes palabras no sólo muestra una alta preparación “cultural y científica”, manifiesta también el atraso a que nos lleva su sistema capitalista. La revolución socialista que nos proponemos es la aplicación de la ciencia y de la técnica al desarrollo de la sociedad humana y su íntima relación con la naturaleza. Para ello una revolución necesita abrir las puertas del conocimiento, la investigación para producir productos de alta calidad para toda la población, se necesita intensificar el cuidado de las materias primas que volverán en alimentos a esa altura de las necesidades, entonces sí aplicaremos todo el conocimiento científico de la humanidad, que no le pertenece al sistema capitalista ni a empresarios que como usted siguen lucrando con el castigo al hombre y a la naturaleza. Pero además, lo más importante, es que ese consumo será el que empuje a vertebrar una ciencia y una técnica al nivel de las necesidades del desarrollo de las fuerzas productivas totalmente frenadas en el actual sistema. Desde ya que partiríamos de lo que tenemos en una revolución, pero le garantizamos que es muy pobre lo que el capitalismo hace porque pobre es un sistema basado en el negocio y la explotación y opresión de millones.
Y otra  cosita…para reflexionar sobre su propio párrafo y sobre todo su artículo que no tiene desperdicio.
Detrás de sus propuestas de un capitalismo “bueno” y de oportunidad se esconde la verdadera cara del “progreso” que usted alienta, en el artículo habla del derrame de beneficios que se le “otorgó” a los pueblos con los subsidios y que ello posibilitó un ingreso al consumismo de sociedades enteras. Si bien deberíamos desarrollar este punto en otro artículo, podríamos adelantarle “señor progreso” que usted es uno de los beneficiados de ese “derrame” es muy cierto, pero habría que preguntarles a los explotados y oprimidos, a quienes usted hace referencia, si la era del progreso les llegó trabajando como esclavos, en condiciones infrahumanas, viajando como ganado, con ausencias de agua, electricidad vivienda,  salud, educación, etc.
Millones de seres humanos alimentados con bolsones miserables que ustedes les venden al Estado, que además es de ustedes, para “paliar el hambre”. No señor Grobocopatel, nosotros pensamos que una revolución socialista tiene que construir un Estado revolucionario de otro tipo, cuyo poder esté en manos de la clase obrera y de todo el pueblo para aplicar definitivamente políticas de alimentos, como el caso que nos ocupa, que dignifiquen al ser humano.

El “reparto” de energía es “de clase”, y está en función del capital


“Lamentamos informarle que en este momento las líneas están saturadas”, es el mensaje grabado que las compañías proveedoras de energía han “elegido” para “informarnos” lo que ya sabemos: vuelven los cortes de luz (y por ende de agua), y los miles de tormentos que esto nos genera, y la conclusión es siempre la misma: nadie se hace cargo.
Ni las empresas que monopolizan la prestación, ni el gobierno que las representa. Si hasta el propio Jorge Capitanich (“iluminado” vocero gubernamental) no pudo ni sostener por 24 horas sus dichos y hoy retrocedió, teniendo que aceptar que cometió un “error” cuando ayer habló de “cortes programados”.
La que está saturada es la gente, saturada de escuchar siempre el mismo verso de que los cortes se deben al exceso de consumo de los aires acondicionados y ventiladores, saturada de que estos impresentables tengan el tupé de echarnos la culpa a nosotros…
Y aparece De Vido, para sumarse al coro de mentiras, argumentando que los cortes actuales se deben a que estamos bien, que todo esto quiere decir que el país está creciendo… ¡¡¡que no hay luz porque hay más consumo!!!, agregando una nueva falacia a la desvencijada historia de las falacias del gobierno de los monopolios. 
Una cosa es clara: si la energía se corta por “exceso de consumo” esto quiere decir que la capacidad de generación energética es “escasa”. Vale preguntarse: ¿escasa para quién?
La oligarquía financiera con el Estado y el gobierno a su servicio ha ido modificando, en beneficio propio, la generación eléctrica. Por un lado, limitan el consumo popular, por otro, aumentan las tarifas, y como frutilla del postre importan y exportan energía por todo el continente; es decir, se apropian de los recursos ya creados, usufructuados en función de sus intereses de clase.  Pero esas limitaciones al consumo, el exceso de precios, y la importación de energía tienen como único destino sostener la producción y reproducción del capital, en consonancia con el sistema de explotación capitalista. Jamás serán aplicados a las necesidades sociales por voluntad propia, salvo que la lucha de clases determine lo contrario. 
La energía eléctrica se distribuye según sus conveniencias económicas y políticas.
Hace más de treinta años que la capacidad de generación eléctrica en nuestro país ronda los 29.000 MGW. Esta cifra, escasa frente a las necesidades sociales, se adecua a la distribución que la oligarquía predispone, a caballo de la demanda de los niveles de producción que exige el capital, que absorbe la energía a costa de las necesidades sociales.
Frente a los 6 (seis) días que ya llevamos sin luz, la respuesta del pueblo afectado es una sola. Ante la falta de servicio -y de respuestas- lo único que nos queda es zamparles en la cara toda nuestra bronca e indignación.  Los reclamos se siguen multiplicando: en la Capital Federal, hay cortes de calle en los barrios de Villa Ortúzar, Flores, Caballito, Villa Devoto, Monte Castro, Almagro, Palermo, Belgrano y Núñez, entre otros. En el conurbano, también hay muchos vecinos afectados, que salieron a la calle a manifestar su hastío y “saturación” por los cortes de luz en: San Isidro, Vicente López, Tigre, Morón, Haedo, Avellaneda, Temperley, Lanús, Quilmes y Valentín Alsina, entre otros. Ocurre lo mismo en casi todas las provincias del país, aunque los diarios y medios masivos no se hagan eco de ello.
Los medios de comunicación nos recomiendan “moderar el consumo”, dejando claramente al descubierto que la energía es de clase y que está en función del capital. Para que sigan produciendo las grandes empresas todo, para los trabajadores y el pueblo, cada vez menos.